Si es escalable, Sí hay inversión

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Una de las preguntas más habituales que recibimos en nuestra Escuela de Negocios es la relativa a los inversores y el acceso a los mismos.

De entrada el acceso es relativamente fácil, basta con tener algún dato de contacto o simplemente ver lo que publican sobre su agenda y hacerse el encontradizo en algún evento y “saludarles”. Lo de trabajar el “elevator pich” lo dejaremos para otro momento.

Pero ya os avanzamos que esto servirá de poco si previamente no tenemos claro lo que están buscando, lo que descartan de primeras o lo que puede tener un cierto interés para seguir avanzando en la emergente relación.

En primer lugar hay que reconocer que la heterogeneidad de las propuestas en las que se invierte hoy en día es bastante alta y que el perfil de los inversores es muy disperso, desde los pequeños “business angels” que tienen una altísima visibilidad, incluso por encima de su capacidad de inversión, y las redes o fondos estructurados que suelen acudir a proyectos con mayor volumen de necesidades/oportunidades y en muchos casos deslocalizados sobre lo que es su mercado de residencia, utilizando para ello gestores especializados.

No incluimos en estas categorías las cada vez más habituales plataformas de crowdfunding que sorteando las sucesivas reformas legales, se van consolidando como una oportunidad muy interesante para aquellos proyectos que puedan tener un atractivo más fácil de explicar sin necesidad de enseñar todo un plan de negocio.

Si planteamos alguno de los requisitos básicos que puede tener un proyecto interesante hay uno en el que pueden coincidir la inmensa mayoría de los inversores: la escalabilidad.

Definiendo este término, sería la capacidad de hacer crecer el modelo de negocio, replicándolo incluso en otros países, sin la necesidad de hacer crecer en la misma proporción las necesidades productivas, de desarrollo, financieras o de generación de stocks.

Este es un aspecto clave en la valoración de propuestas y que por ejemplo cumplen proyectos tan destacados como Ebay, Twitter, Google,…. o sin irnos tan lejos Infojobs, Kelisto o Brainsins, cada uno en su área de negocio distinta.

Para que un proyecto sea escalable la mecánica del mismo se puede basar en la multidifusión o reutilización de procesos cada vez que se produce una operación con un cliente, y si tenemos una plataforma de intercambio creada y conseguimos que tanto el que genera la oferta como el que la está buscando tengan procesos automatizados para conectarse y llevar a cabo la transacción, nosotros nos podremos centrar en conseguir que la operativa de la plataforma sea lo más atractiva, usable, fácil, integrable, segura,…porque cada vez más gente y de más sitios distintos querrá usarla. Además conseguiremos un aspecto fundamental que es que las buenas experiencias de usuario nos traerán a otros nuevos clientes.

Esto no aplica como comentábamos solo a crear plataformas de compra-venta, sirve igualmente para gestionar contenidos como la formación, para desarrollar sistemas SAAS que sirven para clientes que pueden estar en cualquier lugar del mundo y tienen las mismas necesidades o sirve adicionalmente para crecer en mercados donde no podemos llegar con una oferta propia pero si podemos llegar aprovechando nuestra experiencia en cómo funciona ese mercado, como sería el caso de Amazon que está presente en más países con su plataforma que en los que está vendiendo producto propio.

Un factor clave de la escalabilidad es su capacidad para abrirnos a nuevos mercados ya que en muchos casos esto es una necesidad/oportunidad natural del proyecto y que solo con un volumen alto de clientes u operaciones puede alcanzarse el retorno de la inversión realizada en el desarrollo del proyecto.

Aun siendo un vendedor de eCommerce tradicional que se basa en su propio producto, deberías plantearte varias preguntas:

  1. Si he demostrado que soy bueno vendiendo mis aguacates, ¿podría aprovechar esta experiencia para vender aguacates de otros?
  2. Si mi servicio es comprado por empresas en España, ¿hay algún impedimento legal, cultural, etc. para no hacer lo mismo en otro país?
  3. Después de la inversión hecha en el proyecto, ¿el coste de internacionalizarse no superaría el 10% adicional de lo invertido?

 

Seguro que se pueden plantear muchas más pero si al menos una de estas preguntas encuentra una respuesta razonable, se puede estudiar ciertamente la escalabilidad del proyecto ya que esto permite ampliar en gran manera el número potencial de clientes a los que dirigirnos y la posibilidad de alcanzarlos sin tener que volver a crear un nuevo proyecto desde cero, amortizando la inversión ya realizada y sobre todo, como factor más importante, sacarle partido al “saber hacer” que hemos ido acumulando. El “know how” en muchos casos es lo que más vale en una empresa tecnológica y sobre todo en una empresa comercial como deberían ser todas aquellas que buscan hacerse un hueco dentro de este mercado.

No lo dudes, si es escalable es más rentable.

Autor: Roberto Palencia

Global Manager Foro de Economía Digital

 

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